Marisco congelado, un placer al mejor precio

El marisco es uno de los platos favoritos de mucha gente y más en verano. Cuando se pasan las vacaciones en zonas costeras es muy difícil no sucumbir a un buen plato de marisco que nos deleite el paladar. Pero el marisco fresco es un lujo que podemos permitirnos solo en algunas ocasiones. Al menos el de calidad.

Pero el marisco congelado, de buena calidad, se consigue a precios excelentes todo el año. Por lo que disfrutar de unas navajas congeladas, langostinos o bueyes de mar está más al alcance de todos incluso para hacerlo con frecuencia en vacaciones.

Muchos restaurantes ofrecen mariscadas para dos o más comensales que están realizadas con mariscos congelados. Esto no les resta calidad, sino que se va a disfrutar igualmente de todo el sabor de estos productos. La diferencia está en que el precio es bastante más asequible. Un placer que podemos permitirnos en más ocasiones.

Además de las bandejas con variedad de marisco también se pueden saborear diferentes platos para poner ese punto especial en las comidas. Por ejemplo, comenzar una comida con unos langostinos a la plancha, o disfrutar de unas almejas deliciosas. Tal vez, otro día, se puedan pedir unas nécoras y así hasta ir probando las diferentes opciones de la carta sin tener que pagar una fortuna cada día.

Para el hogar, el marisco congelado es también una excelente opción. Hay que tener en cuenta que algunas variedades de marisco se cocinan con la pieza todavía viva. Y esto no es algo que a todo el mundo le guste hacer. Al comprar el marisco congelado, sea crudo o ya cocido, se evita esta parte tan desagradable.

El marisco crudo congelado es perfecto para realizar nuestras recetas favoritas. Y el marisco cocido es perfecto para cuando se quiere tener a mano un plato delicioso y rápido. Solo hay que dejar que descongele y estará listo para comer. Ideal no solo para tomar marisco, sino también para coger la cantidad necesaria para arroces o revueltos.

Uno de los mariscos cocidos más vendidos son los langostinos, que una vez descongelados pueden comerse así o ponerles una mezcla de ajo, limón y aceite y ponerlos unos minutos en el horno para que tengan un gusto muy especial. Una receta muy rápida y sencilla que es ideal cuando hay invitados o cuando, simplemente, se quiere disfrutar del marisco de calidad sin tener que salir.

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