A veces se me olvida cómo éramos nosotros en nuestra juventud. Supongo que éramos muy parecidos a las nuevas generaciones, aunque escuchando música diferente, eso sí. Nos creíamos muy originales y rebeldes, pero nos copiábamos unos a otros. Como hacen ahora. Resulta que han comprado una furgoneta a un amigo de mi hijo, y ahora mi hijo quiere una. Le digo que, ya que su amigo ya tiene, y como tiene suficiente espacio, que la usen entre todos los colegas, pero no le ha hecho mucha gracia el comentario. Había que intentarlo.
Algo de razón tengo que darle al chaval, porque no tiene coche propio, aunque ya tiene carné desde hace tiempo. Suele usar el mío de vez en cuando y la verdad es que lo trata muy bien, mejor que yo incluso. Le encanta ir a lavarlo y dejarlo reluciente. Y la verdad es que se lo agradezco porque yo soy bastante pasota para eso.
Pero ahora dice que va a necesitar más el coche porque ha montado un grupo de música. Ya le han salido algunos ‘bolos’ y quiere usar el coche para llevar los instrumentos. El problema es que él es el batería, así que me ha enseñado una lista de furgonetas pequeñas segunda mano en galicia para ver si suena la flauta. Y entonces yo recuerdo que también tuve un grupo de música e íbamos en furgo a los conciertos… los cuatro que dimos.
Al parecer, de los otros compañeros del grupo solo uno tiene coche y carné y también es un coche relativamente pequeño. Así que mi hijo me ha empezado a ablandar y he empezado a tomarme en serio su petición. De entre la lista de furgonetas pequeñas segunda mano en Galicia que me ha enseñado, hay algunas bastante asequibles y en buen estado. Teniendo en cuenta que el chico es muy cuidadoso con aquello que no es suyo, creo que le compraré la furgo. Pero, con una condición, que supere a su querido padre y haga más de cuatro conciertos con su grupo, para, por lo menos, rentabilizar la furgoneta.