Pocas enfermedades de la piel son tan comunes y antiestéticas como el acné, un problema que afecta a adultos y adolescentes por igual, aunque la incidencia sobre estos sea mayor. Esta alteración cutánea se origina en la obstrucción de los folículos pilosos, principalmente con células muertas, lo que facilita la aparición de infecciones bacterianas —el bacilo Cutibacterium acnes, en concreto—, como cualquier especialista tratamientos acne en Vigo podrá corroborar.
Las causas detrás de la aparición en jóvenes y adultos son distintas. Así, la formación de granos en el público adolescentes suele deberse, en primer lugar, a cambios hormonales que afectan especialmente a los varones, si bien las féminas también padecen los efectos del llamado ‘acné premenstrual’. En ambos sexos, la existencia de condicionantes genéticos puede influir, al igual que el estrés y la ansiedad derivada de los exámenes.
Respecto a los adultos, el acné se manifiesta de forma distinta, con numerosos granos de pequeño tamaño que pueden originar cicatrices e imperfecciones irreparables. Al igual que sucede durante la pubertad, el estrés es uno de los principales factores causantes, por su impacto sobre los niveles de secreción de cortisol.
El consumo de determinados medicamentos también incide en la aparición de acné. Componentes como el ácido retinóico, la tretinoína y los corticosteroides pueden ser especialmente dañinos para las personas con problemas de acné.
Por otra parte, las malas prácticas en el uso de productos maquillantes pueden causar un empeoramiento del acné. Para evitar la obstrucción de los poros, se recomienda utilizar bases de maquillaje no oclusivas, para así permitir la ‘respiración’ de la epidermis.
La presencia de malos hábitos en la vida de una persona también está detrás del acné persistente. Aunque no existe una relación directa entre el consumo de alcohol y esta enfermedad de la piel, diversos estudios han avalado que las bebidas alcohólicas pueden ocasionar desequilibrios hormonales, perjudiciales para el acné.