Cada cierto tiempo aparece un nuevo indicador que certifica las firmas preferidas por los españoles. Y nunca suele haber muchas sorpresas. El último estudio ejecutado por Datatronic vuelve a confirmar que los consumidores de nuestro país suelen barrer para casa a la hora de depositar su confianza en una firma, aunque algunas de ellas tengan lazos muy estrechos con otras comunidades o, incluso, con otros países.
Es el caso de central lechera Asturiana que, según el mapa que ilustra las preferencias de los españoles, domina en buena parte de la geografía nacional. No es ninguna novedad que esta empresa sea la más querida en Asturias. No en vano lleva el nombre del Principado allende los mares. Aunque buena parte de su producción de leche se desarrolla en otras regiones, sobre todo en Galicia, la firma láctea es la niña de los ojos de los asturianos.
Pero más allá también domina: las dos Castillas, Extremadura, Madrid, incluso Cataluña, son fervientes seguidores de la central lechera. Curiosamente, en Galicia domina Larsa, una empresa autóctona que, no obstante, forma parte de Capsa, matriz de la firma láctea asturiana. Es Galicia, junto a Andalucía y País Vasco, las únicas regiones en las que la Asturiana no alcanza el primer lugar en las preferencias.
¿Por qué solemos barrer para casa como se suele decir también a la hora de llenar el carro de la compra en el supermercado? ¿Se trata de apoyar el mercado local? Es, sin duda, una de las razones. Nos sentimos más satisfechos si apostamos por productos que conocemos, que tenemos cerca. Si a unos pocos kilómetros está la fábrica de la empresa nos sentimos más seguros comprando sus productos.
En un mundo globalizado como el nuestro, cada vez son más y más la marcas que llegan al supermercado procedentes de otras latitudes, también está la otra cara de la moneda. Muchas firmas nacionales que tradicionalmente operaban solo en el mercado local o estatal dan el salto buscando nuevos mercados para asegurar la supervivencia del negocio. En este sentido, la propia Capsa puede presumir de llevar parte de su producción a la lejana China.