Decían las abuelas que una casa sin cortinas es una casa desnuda y como en otras muchas cosas, tenían toda la razón. Cuando se colocan las cortinas de una casa se la viste y adquiere la apariencia de un hogar. Pero al ser un elemento tan importante es conveniente escogerlo con cuidado porque no es lo mismo vestir una casa que vestirla bien.
Una habitación en la que las cortinas tienen una gran importancia decorativa es en el salón. El salón es algo así como el embajador del hogar, allí se reciben las visitas y es lo que todo el mundo que entra en casa va a ver. Por eso, su imagen es tan importante. Y unas cortinas originales y que sepan dar un toque de color y de elegancia, son claves.
Las cortinas de panel japonés son una buena elección para un salón porque tienen una serie de ventajas que las hace perfectas. Por un lado, nos encontramos con un estilo de cortina muy original y diferente a lo que estamos acostumbrados. Se trata de unos paneles que pueden ser más o menos anchos según el espacio disponible y que, mediante un sistema de rieles, se pueden mover para combinarse entre sí, para abrirse en mayor o menor medida o para estar totalmente cerrados.
Al ser paneles independientes no tienen por qué ser idénticos entre sí y se pueden combinar diferentes tonos e incluso distintas telas. Por ejemplo, combinar dos paneles de tela de loneta opaca con dos paneles más finos y transparentes, para jugar con la cantidad de luz que entra en la habitación.
También se juega de esta manera con las diferentes combinaciones que se pueden realizar con otros elementos textiles del salón. Por ejemplo, los paneles opacos de loneta pueden ser de la misma tela que la tapicería del sofá, mientras que los paneles transparentes, para volver al ejemplo ya dado, pueden ser en un tono similar a la pared del salón o directamente ser blancos o crema que combinarán con todo.
Otra opción que también está de moda es la de que todos los paneles sean iguales, creando una apariencia de cortina, aunque con mayor movilidad. Aunque pueden ponerse en cualquier ventana, los paneles japoneses quedan especialmente bien en grandes cristaleras y utilizando todo el alto de la pared, de modo que lleguen desde el techo hasta el suelo.