Tengo una relación casi mística con las playas: me fascinan, eso uno de los mayores placeres que conozco. Pero también soy muy exigente: no me vale cualquier playa. Sé que hay muchas personas que están entusiasmadas con las calas, rincones poco accesibles y perdidos en los que estar aislado. A mí también me gusta el aislamiento y la soledad, pero en grandes arenales: cuanto más larga sea la playa, mejor. Además, tengo debilidad por la arena fina y no soporto las piedras en la orilla: me gusta que los pies anden por arena dentro del agua. Esas son las playas en las que pierdo la cabeza, casi literalmente.
Con el paso de los años he descubierto muchas playas que han cumplido mis gustos, pero para esta ocasión debía enfrentarme a un ‘reto’ único: conocer unas de las islas más famosas de España. Porque sí, todavía no había estado nunca en la Cíes. Lo primero que hacemos todos antes de programar un viaje a estas islas es mirar el tiempo en las islas cies galicia. Yo también soy del norte y sé que el peligro de lluvia y/o frío siempre está al acecho. Y además es más difícil de predecir que en el interior porque el tiempo es mucho más cambiante. Dicho de otra forma: si dicen que llueve en Madrid, es que llueve. Si dicen que va llover en las Cíes, nunca se sabe.
Pero también me iba a encontrar otra dificultad en mi viaje a Galicia: la temperatura del agua. Me había comentado que lo de las playas de las Cíes es solo para valientes, que es una de las aguas más frías de España. Repito: yo vengo del norte y sé lo que es el agua fría. Como sabemos por aquí, a menudo sucede que cuánto más calor haya fuera del agua, notaremos el agua más fría. Así que había más razones para mirar el tiempo en las islas cíes Galicia.
¿Y entonces qué tal el agua? Pues sí, tenían razón: es para valientes. Pero como sabe cualquiera que haya estado en este tipo de aguas, una vez que te acostumbras, es un placer indescriptible… pero hay que acostumbrarse.