¿Te parece cada vez más complicado encontrar aparcamiento en el centro de Malaga? ¿Crees que Madrid o Sevilla son ciudades a las que es mejor acudir en transporte público al centro? Lo cierto es que las ciudades, especialmente las grandes, pero no en exclusiva, están colapsadas por los coches y esto es un serio problema, tanto por la contaminación que producen los vehículos como porque se hace complicado moverse como peatones.
Por eso, son cada vez más las ciudades que apuestas por espacios muy amplios libres de coches o, cuanto menos, con limitación de circulación: solo para personas residentes o incluso solo para acudir a los parkings. Pero el cambio de una ciudad con coches a una sin coches no es algo que se pueda producir en un día.
Antes de prohibir el coche en el centro de las ciudades, las autoridades competentes tienen que asegurarse de que los visitantes van a disponer de espacios en los que dejar sus vehículos. Por eso, cada vez son más frecuentes los aparcamientos disuasorios que rodean los centros de las urbes. Pero también son más los parkings de pago, algunos con precios muy diferentes a otros, en los que poder dejar el coche cerca de los comercios a los que vamos a comprar.
Las peatonalizaciones suelen ser graduales, para evitar que el cambio sea muy brusco y se puedan ir acomodando los espacios a la nueva forma de proceder. Aunque en la mayoría de las ciudades hay protestas y problemas cuando se peatonaliza una calle, a medio plazo suele ser un éxito y la mayoría de los comerciantes que protestaban por la medida se sienten encantados con el resultado del cambio.
Pero librar las calles de los coches no siempre quiere decir que las recuperen los peatones. La nueva polémica en las ciudades con espacios libres de coches viene de la mano de la hostelería y las terrazas, amadas y odiadas a partes iguales por los ciudadanos. Las terrazas ocupan gran parte de las calles más céntricas, especialmente en los lugares con un clima más agradable, pero las vemos incluso en sitios fríos o lluviosos.
Muchos peatones se quejan de que es complicado caminar por algunas zonas ya que hay que ir esquivando no solo sillas y mesas, sino también a camareros que corren con las bandejas para atender a los clientes en horas punta. Estas mesas son también un problema para ambulancias y otros transportes. El diálogo será fundamental para encontrar soluciones a este nuevo problema.