Cada vez menos personas tienen un PC en casa, ya que la gran mayoría optan por portátiles o por tablets. Por eso, quienes todavía usan un PC suelen ser personas que tienen unos requerimientos muy concretos y especiales. Por un lado, gente que usa su ordenador para jugar y que disfruta con juegos que cada vez son más conseguidos y tienen una mayor calidad. Por otro lado, profesionales que necesitan de un PC para desarrollar su trabajo, como por ejemplo quienes realizan labores de diseño gráfico y que suelen querer un PC para sus trabajos porque les permiten, por ejemplo, trabajar con pantallas de gran tamaño.
Si bien los requerimientos de un monitor para PC del hogar no tienen nada que ver con los de un panel PC industrial, por ejemplo, no dejan de ser también muy concretos. Si en un panel industrial buscamos resistencia y que no falle, en un monitor para juegos o para trabajos de diseño se buscarán otras características muy importantes.
La primera de las características que se suelen tener en cuenta es el tamaño. Un monitor grande, cuanto más mejor, es fundamental para sumergirse en el trabajo o en el juego. Evidentemente, tendrá que adaptarse al espacio y también al presupuesto, pero cuanto más grande, más se disfrutará. También importa el número, ya que para muchos juegos y trabajos se usan varios monitores a un tiempo, incluso tres.
La resolución también es básica. Y en esto prácticamente todos están de acuerdo en que el 4K es fundamental. De poco vale un monitor de gran tamaño si no vamos a ver todo de una manera lo más realista posible y en todo su color y forma. No queremos marearnos en mitad de un juego o que los pixeles acaben arruinando la experiencia.
En el caso de los monitores para juegos, la tasa de refresco es también un aspecto fundamental. Cuanto mayor sea esta tasa, mejor. Los profesionales del juego suelen usar incluso 240 Hz, pero para un jugador normal una tasa de 144 Hz suele ser muy respetable. Por último, también se tendrán en cuenta los conectores que tiene el monitor para poder utilizarlo en las formas en las que se vaya a trabajar y con los aparatos que se utilizan normalmente.
Son muchas las cosas que se pueden pedir a un monitor, incluso cuando no es para uso profesional ni industrial. Y el mercado nos ofrece cada vez más.