La mascarilla ha llegado a nuestra vida para quedarse. Nadie se atreve a decir muy bien hasta cuándo será obligatoria, pero al ritmo que llevamos todavía le quedan meses… o años. Así es que no queda otra que acostumbrarse a esta nueva vida embozada. Quienes también se han tenido que ‘acostumbrar’ han sido muchas empresas fabricantes de materiales usados en la elaboración de mascarillas: un suceso histórico que ha trastocado el ritmo de trabajo de cientos de compañías a nivel mundial.
A estas alturas ya sabemos que hay muchos tipos de mascarilla, y que no todas protegen por igual. Pero en cuanto al material que se usa para su elaboración, hay bastantes similitudes. De hecho, no deja de ser un producto básico y sencillo de elaborar. Pero no es lo mismo fabricar mascarillas para su uso en diversas profesiones como fabricar mascarillas para 6.000 millones de personas: sin duda, un hecho insólito que aparecerá también en los libros de historia.
Si nos fijamos en una mascarilla vemos que la mayor parte de ellas cuentan con unos cordones para sujetar la propia mascarilla a la cara. Son cordones hechos de diversos materiales, entre ellos el algodón, pero también el látex o la lycra. En este sentido, muchos fabricantes gomas elásticas han visto que las necesidades de este tipo de productos crecían exponencialmente y han tenido que ponerse manos a la obra, no solo para poder estar a la altura de la demanda, sino también para sacar rédito de la situación. Y es que oportunidades así no se presentan todos los días.
Hay que tener en cuenta que buena parte de los fabricantes de mascarillas no elaboran ellos mismos los cordones, sino que deben adquirirlos para luego montar la mascarilla que básicamente es la fusión entre la parte protectora y el propio cordón de sujeción. Como decimos, un producto básico pero que en esta época se ha convertido en imprescindible. Por ello, los fabricantes gomas elasticas ofrecen numerosos tipos de cordones en materiales, longitudes y acabados diversos para cubrir una histórica demanda del mercado que no parece que se vaya a detener a corto plazo.